Como comprender de la perspectiva social y bíblica sobre la convivencia en comunidad

Como comprender de la perspectiva social y bíblica sobre la convivencia en comunidad

A primera vista,  la esencia de la convivencia de los individuos va ligado a  su relación con la sociedad, pero para poder alcanzar a esta perspectiva se tiene que llegar a un autoconocimiento de sí mismo en el que se infiere el aprecio hacia la misma persona, es decir, redescubrir los principios e ideales que me identifican como individuo, por lo que subyace el hecho de reconocer que nos amamos a nosotros mismos, esto no significa darle tendencia a una actitud egoísta, sino el aceptar mi propia identidad, para así poder entender los factores que aquejan a los demás y así reconocer que la convivencia es de vital importancia para la realización de los vínculos de unidad en la comunidad.

Desde luego, y sin ir más lejos, nadie duda de que el amor así mismo es un eje para relumbrarse en la sociedad, dado que efectivamente es clarividente ver como el conocimiento hacia sí mismo es una forma de inferir arduamente en la subsistencia que  lleva a frivolizar los diferentes parámetros que incluye el amarse a sí mismo, para luego amar a los demás y así poder connotar una vivencia autentica para estar en sociedad.

A este punto me interesa llegar porque, si bien, el eje central de la convivencia y amar a los que me rodean es traer a colación aquel refrán que dice: “No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”, partiendo de aquí se puede suscitar en grosso modo que  para entrar en confort y aceptación con el otro, primero te tienes que aceptar a ti y saber que eres único e irrepetible, siendo que acaece un vertiginoso camino a conocerte a ti mismo, no obstante, haciendo referencia a una frase que dice el evangelista Mateo y parafraseando esta afirmación: “ No mires el sucio que tiene tu hermano en el ojo, sin antes ver la viga que tiene el tuyo”, se puede vislumbrar la esencia del conocimiento de sí  mismo antes que el de los demás, siendo que de allí pienso, inicia el vivir en comunidad, compartiendo con el otro, sabiendo mis debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas.

El libro de Tobias no lo referencia de la siguiente manera: "Cuídate, hijo mío, de toda unión ilegítima y, sobre todo, elige una mujer del linaje de tus padres. No tomes por esposa a una extranjera, que no pertenezca a la tribu de tu padre, porque nosotros somos hijos de profetas. Acuérdate, hijo mío, de Noé, de Abraham, de Isaac y de Jacob, nuestros antiguos padres: ellos eligieron sus esposas entre las mujeres de sus parientes. Por eso fueron bendecidos en sus hijos y su descendencia poseerá la tierra en herencia.
 Por lo tanto, hijo mío, prefiere a tus hermanos; no te muestres orgulloso con los hijos y las hijas de tu pueblo, rehusando tomar una esposa entre ellos. Porque el orgullo acarrea la ruina y un gran desorden, y la ociosidad lleva a la decadencia y a la miseria; ella es, en efecto, madre de la penuria.
 No retengas hasta el día siguiente el salario de un trabajador; retribúyele inmediatamente y, si sirves a Dios, él te lo retribuirá. Hijo mío, vigila todas tus acciones y muéstrate siempre educado.
No hagas a nadie lo que no te agrada a ti. No bebas hasta embriagarte y que la embriaguez no te acompañe en el camino.
 Comparte tu pan con los que tienen hambre y tus vestidos con los que están desnudos. Da limosna de todo lo que te sobra y no lo hagas de mala gana.
Ofrece tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores.
Pide consejo a las personas sensatas y no desprecies un buen consejo."(Tobias 4,12-18).

 Esto es para indicarnos  como debe ser  nuestro proceder en comunidad  y vivir aceptando al otro tal cual es , puesto que es  imagen del Dios vivo, pues esta misma connotación nos  la  indica el apóstol San Juan en su primera carta:"La noticia que oyeron desde el principio es esta: que nos amemos los unos a los otros.
 No hagamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas.
No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece.
 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
 El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna.
 En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
 Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?
Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad.
 En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios
 aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas."
(1 Juan 3,11-20), así como también lo refieren otros textos  bíblicos de la versión septuaginta y los escritos  apostólicos .

Cabe pensar, sin embargo, que casi todo lo anterior es aplicable a nuestra realización, siempre y cuando me ayude a fortalecer mi identidad en la sociedad, por lo que la convivencia con los que me rodean es  intrínsecamente el referencial al cual se debe llegar, puesto  que la integridad del individuo lo debe llevar a conocerse así por medio de los demás.

Finalmente, recapitulando cada una de las digresiones anteriores puedo colegir que las situaciones que  rodean al hombre en su interacción con el medio, hace identificar su yo interior, teniendo presente su pendiente al amor propio, reconociendo sus virtudes y errores y aceptarse así tal cual es, para luego dar el amor a su prójimo y de igual manera ayudar a que la convivencia en el hogar, la sociedad y amistades, tienen un papel muy susceptible al descubrir su eje motor de convivencia ciudadana.